La tecnología fotocatalítica no es nueva, de hecho se conoce desde los años 70 del siglo pasado, aunque su aplicación urbanística ha tenido lugar en la última década. Sí lo es, sin embargo, su utilización en nuestra localidad, concretamente en los aparcamientos de la calle Velázquez y el parque de La Estrella, recientemente inaugurado.
Pero, ¿qué es la fotocatálisis y qué beneficios tiene para nuestra vida diaria? Hemos hablado con el técnico de Infraestructuras del Ayuntamiento encargado de su implementación. Él —que ha preferido mantener el anonimato— nos cuenta cómo se decidió utilizar este tipo de pavimento y cómo puede ayudar a mejorar la salud ambiental de la población.
La idea de su utilización en Villanueva de la Cañada nace, pues, de la experiencia previa del técnico de infraestructuras quien, en una etapa profesional anterior, ejecutó como constructora el proyecto fotocatalítico de las plazas de AZCA, en Madrid. Tras pasar las pruebas y realizar test de comprobación, constataron que los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) habían disminuido considerablemente en todas las superficies.
Estos buenos resultados, junto con los casos de éxito que han desarrollado otros ayuntamientos españoles, ratificaron a la Oficina Técnica del Ayuntamiento en su decisión y convencieron a los responsables del Consistorio de que su uso era el más óptimo para el ciudadano.
Los trabajos de implementación de este tipo de pavimentos han sido supervisados por la Asociación Ibérica de Fotocatálisis (AIF). Sin embargo, aún no se cuenta con su certificado de eficiencia y se está a la espera de recibirlo.
¿Qué es la fotocatálisis?
La fotocatálisis es una reacción de oxidación que se produce cuando una fuente de luz activa un catalizador —en nuestro caso el dióxido de titanio (TiO2)— en presencia de oxígeno. Este proceso propicia la mineralización total o parcial de determinados contaminantes (óxidos de nitrógeno (NOX), óxidos de azufre), al tiempo que evita la acumulación de especies y/o partículas indeseables en el material.
El dióxido de titanio tiene múltiples aplicaciones. Se utiliza, principalmente, en la producción de pinturas (permite mantener el color original en el tiempo), plásticos (aumenta su durabilidad) y en papel (lo hace más blanco, opaco y brillante). También en tintas de impresión, cosméticos (cremas rejuvenecedoras, cremas de protección solar o pastas dentífricas, por citar algunos ejemplos), productos textiles, farmacéuticos (para alargar la vida de los medicamentos, como las aspirinas y numerosos jarabes), alimentarios (alarga la vida de los alimentos) y por supuesto, en construcción.
La fotocatálisis presenta un
potencial descontaminador
al convertir los óxidos en nitratos
Está demostrado que materiales de construcción que incorporan TiO2 en su composición son capaces de, bajo irradiación solar, oxidar contaminantes en contacto con su superficie, fundamentalmente compuestos orgánicos volátiles (COVs) y óxidos de nitrógeno (NOx), según recoge la Asociación Ibérica de Fotocatálisis (AIF) en su Libro Blanco de la Fotocatálisis.
Los óxidos de nitrógeno se encuentran entre los contaminantes más presentes en aire exterior, y sus efectos son nocivos para la salud.
La fotocatálisis presenta, por tanto, un potencial descontaminador mediante la conversión de estos óxidos a nitratos. Estos son relativamente inocuos y solubles en agua y, por tanto, pueden eliminarse con la lluvia o con las tareas habituales de limpieza. El tratamiento de estas aguas no supone ningún problema para las estaciones depuradoras de aguas residuales.
¿Cómo funciona?
El proceso es sencillo: cuando una fuente de luz, artificial o natural, incide sobre la superficie impregnada de dióxido de titanio, que se activa mediante luz UVA (supone aproximadamente un 5% de la luz solar), se produce una reacción química que mineraliza total o parcialmente determinados contaminantes.
Los materiales mineralizados tras la reacción química son fácilmente eliminados. En el caso de nuestros aparcamientos, al tratarse de infraestructuras al aire libre, bastará con el agua de la lluvia, o bien, con esporádicos baldeos con agua y desengrasantes, como en cualquier otra calle de la localidad.
Si trasladásemos este fenómeno a la naturaleza, y salvando todas las distancias, la fotocatálisis podría equiparse con la fotosíntesis de las plantas.
¿Cuánto cuesta implantarla?
Como suele ocurrir cuando se implantan tecnologías novedosas, su coste se encuentra por encima del coste medio de su homólogo convencional. En este caso, en un 20%. «Al final este tipo de pavimentos no tienen mucho peso en la obra, porque un 20 % del pavimento no pesa tanto como pesa todo el volumen de obra civil, y sus bases y demás que hay que ir haciendo antes. Por eso se decidió apostar por este tipo de pavimento que mejora la calidad de vida del ciudadano. Lo que nos cuesta de más al principio nos lo ahorramos después en la limpieza ya que es antibacteriano y fungicida», afirma el técnico de infraestructuras.
Entre los distintos tipos de pavimentos que existen, ¿cuál se utiliza aquí?
En el campo de los pavimentos fotocatalíticos, tanto peatonales como los destinados al tráfico rodado, se han desarrollado en los últimos años diferentes tipos de tecnologías. Existen cuatro:
- Capas de rodadura percoladas con lechadas cementosas especiales
- Tratamientos superficiales a partir de microemulsiones
- Tratamientos superficiales a partir de pinturas
- Pieza prefabricadas de hormigón (adoquines o losetas)
De estas cuatro posibilidades, la elegida por el Consistorio ha sido la de las microemulsiones. En realidad, cualquiera de las cuatro opciones era válida para el municipio, pero las contratas prefirieron traerlo así que prefabricado.
«La funcionalidad y la garantía es la misma. La idea es ir mejorando y actualizando los pavimentos. No seguir con pavimentos de hace cuarenta años, sino ir mejorando e innovando, y adecuar así el municipio a las nuevas tecnologías», afirma el técnico de Infraestructuras.
¿Cuánto dura su eficacia?
Al tratarse de tecnologías muy novedosas, el tiempo de desactivación del catalizador es difícil de estimar. «Aseguran 10 años», nos dice el técnico. La razón en la que se basa esta afirmación tiene su lógica: desde que su descubridor, Akira Fujishima, de la Tokyo University of Science (Japón), lo implantó hace diez años, ha funcionado con normalidad.
¿Es posible determinar su efecto descontaminante?
Más allá de los ensayos de laboratorio, existen varias modalidades de ensayos de medidas in situ que, si bien no están amparadas por ningún marco legal ni cuentan con certificación ambiental o de calidad alguna, permiten conocer el funcionamiento de estos productos a largo tiempo y si su presencia supone o no cambios en la concentración de NO2.
A día de hoy, la medida de NO2 siguiendo el método de medición oficial. Es el mismo que se emplea en las estaciones de vigilancia de calidad del aire. Sin embargo, para poder llevarlo a cabo es necesario contar con la instalación de un número adecuado de captadores, y situar alguno de ellos en una estación de referencia. Su mayor inconveniente es que el tiempo de muestreo es de tan solo un mes. «En principio no vamos a poner captadores. Realizaremos mediciones puntuales, pero no tenemos por ahora nada fijo para hacerlo», afirma el técnico.
Las pruebas de eficacia realizadas hasta el momento en lugares como AZCA demuestran que estos pavimentos eliminan, por término medio, un 60% de contaminantes urbanos, especialmente óxidos de nitrógeno, contaminantes orgánicos volátiles y partículas (al reducir la formación de aerosoles secundarios).
Fuente: Oficina Técnica Ayuntamiento de Vva. de la Cañada/AIF.