¿Qué hacemos con el kiosco de prensa?

En este mi primer paseo con "Kipling" nos topamos con el antiguo kiosco de prensa, una estructura bella, abandonada y verde. Uno que es periodista y tiene cierta sensibilidad, solo puede lamentar su estado, metáfora del devenir de una profesión. El Ayuntamiento se plantea incluso desmantelarlo, pero me pregunto si tiene futuro. ¿Lo tiene? Algunos casos de éxito nos dicen que sí. Un reportaje en dos partes.

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Vida más allá de la muerte

La muerte profetizada del kiosco podría ser, sin embargo, evitable. Distintas iniciativas puestas en marcha tanto en ciudades españolas como en capitales extranjeras parecen confirmarlo.

Puede que no terminen siendo lo mismo, que los kioscos acaben siendo otra cosa, pero su esencia primigenia debería seguir intacta: mantener su función social. Esto es al menos lo que piensa un grupo de atrevidos innovadores que, más allá de ampliar el stock tradicional de los kioscos con productos varios, y siempre desde el respeto a las ordenanzas municipales —en Madrid, las multas por comercializar productos no autorizados oscilan entre los 700 y los 1.500 €—, han decidido tirar de imaginación y buscarles una nueva vida a través de modelos alternativos.

Es el caso de News&Coffee, la primera iniciativa de carácter privado de este tipo en España. El look moderno y desenfadado de News&Coffee, que lo tiene, le ha permitido conquistar desde Barcelona el cielo de Instagram. Y de ahí, recorriendo el camino inverso al dicho, Madrid, donde el pasado verano abrió sus puertas en la céntrica plaza de la Cebada, en pleno barrio de La Latina.

Alexia Michavila frente al kiosco News & Coffee en la plaza de la Cebada. Fotografía hecha con un iPhone X. ©YOURHOMETOWN

El kiosco vende diarios nacionales e internacionales. También revistas especializadas y nada de prensa rosa. Y café. “De especialidad”, me confirma Alexia Michavila, encargada del kiosco de la madrileña plaza de la Cebada, al que acudo sin Kipling porque, acostumbrado a los espacios abiertos de sus paseos matinales, le agobia la ciudad. Ella, abierta, simpática y con acento indefinido, tiene aspecto de niña que no ha roto un plato bajo sus gafas de montura dorada y su melena ladeada.

Es española, me dice, pero viene de París, donde se dedicaba a la restauración. Por eso, cuando insiste en lo de “café de especialidad” lo que quiere decir es que es café de grano verde, comprado en subasta y tostado por ellos mismos. Un lujo, vamos.

Alexia trabaja en el kiosco desde que hace dos meses, cuando el local reabrió después de un tiempo cerrado. Yo recordaba bien este kiosco porque a pocos metros de allí, frente a la iglesia de San Andrés, vivió un tiempo mi padre y aún siguen viviendo dos de mis hermanas.

La idea de News&Coffee no es, sin embargo, tan reciente. Surgió en Barcelona en 2019, cuando Pablo Pardo tuvo la feliz iniciativa de reinventar el concepto de kiosco de prensa al pasar frente a uno de estos locales cerrado junto a su casa. Con 18 años dedicado al mundo de la hostelería, detectó al instante una oportunidad.

A la aventura se unieron Davide, la cara visible en España de Victoria Arduino, la mítica marca de cafeteras italiana, quien ha dedicado su carrera profesional al café y las máquinas de café espresso Made in Italy; y Gautier, experto en desarrollo de marca. De la parte creativa se encarga la artista belga Yaël Hupert. A ella se debe también la selección de las 105 referencias de revistas, provenientes de 15 países diferentes, que se venden en el kiosco y que, junto con la prensa nacional, son la base del negocio. “Cada revista es una obra de arte”, me dice Alexia. Y no lo dudo, porque sus precios oscilan entre los 15 y los 23€ de media, habiéndose vendido la más cara —me asegura— por 52€.

News & Coffee vende una selección de 105 revistas de 15 países diferentes. Junto a la prensa nacional, son la base del negocio.

“Nuestro negocio sigue siendo la prensa”, me aclara Alexia alertada por mi gesto torcido. Uno, que viene del mundo de las revistas, al que ha dedicado casi 30 años de su vida, sabe por experiencia que este es un negocio atrevido donde las cifras bailan como en las antiguas verbenas de barrio. “Vendemos como media unas 3 o 4 revistas cada día y ya hemos cubierto objetivos”, me asegura. “El café es solo una excusa. Incluso, en ocasiones, lo regalamos, especialmente a policías y operarios municipales”. Y yo me alegro por la iniciativa y por ella, porque me dice que cobra un sueldo fijo pero también comisión por resultados.

Pero no puedo dejar de albergar dudas. Por instinto, porque datos no tengo. Y por matemáticas. Porque si bien el Ayuntamiento de Madrid mantiene en 2021 una bonificación del 100% en la tasa de ocupación de la vía pública, con esa media de revistas vendidas la supervivencia se me antoja complicada. Aún es pronto para evaluar el éxito de la iniciativa, y habrá que dar tiempo al tiempo, pero cruzo los dedos para que así sea porque la esencia del kiosco estaría asegurada.

Junto a las obras de arte impreso Alexia vende también leche fresca madrileña Priégola —una empresa ubicada en la finca La Chirigota, en la vecina Villanueva del Pardillo—, y de avena, de la marca Oatly, que es buena para tomar sola pero no con el café. Lo que no deja de extrañarme porque News&Coffee, como decía, también vende café. Lo hacen en paquetes, y los hay de filtro a 12€ y de moka a 10€. También lo puedes comprar encapsulado a 15€ (25 cápsulas).

Cuando le pregunto a Alexia qué le empujó a dejar París para venirse a un kiosco de barrio me dice que la pasión. Y no la pasión asociada al enamoramiento juvenil, que podría ser por su edad, sino por la que desprenden las ideas innovadoras.

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