/

Marco Méndez, el ingeniero tras «El Bote Amarillo»

7 mins read

Mientras tanto, se dedica a mil cosas. No para. Tiene claro que, siendo ingeniero, podría encontrar un trabajo de oficina sin mucho esfuerzo, mejor o peor pagado, pero no está en eso.

—No me veo en una oficina trabajando de 9 a 5. No es lo que quiero. Es posible que me metiese en algo de eso, que aprendiera cosas que me inspirasen para luego desarrollar cosas más ambiciosas, pero quedarme quieto no va conmigo. Son los proyectos como «El Bote Amarillo» los que me motivan.

Me intriga el futuro del proyecto. Lamentaría mucho que una iniciativa tan sincera quedase en nada. Por eso le pregunto qué piensa hacer.

—Me he comprometido con la gente que volveré a recogerles el aceite dentro de dos meses. Ese es el compromiso que me hace seguir, que me fuerza un poco. Nadie me obliga a hacerlo, pero cuando lo hago me animo mucho. Ves que la gente responde, algunos hablan contigo, otros te regalan un bizcocho. No sé, a mí esas cosas me llenan. Voy con las manos llenas de aceite, oliendo a la comida de todo el mundo, pero soy feliz. Y cuando terminas, te dices: quiero seguir.

Dejamos el Crumble Café. Mientras caminamos de vuelta a casa —descubrimos que vivimos a poco más de 200 metros el uno del otro—, Marco me confiesa que está lleno de ideas. Desconoce si el recorrido de «El Bote Amarillo» será corto o no, pero es un comienzo, una iniciativa que puede abrir puertas a otras cosas, como un taller de ingeniería donde los chicos del pueblo puedan crear e investigar.

Pero ese es otro proyecto. Luego me cuenta que el pasado verano se subió a una bicicleta y recorrió por carreteras secundarias los más de 2.600 kilómetros que separan Liubliana, en Eslovenia, de Villanueva de la Cañada. Empleó 45 días a una media de unos 60 kilómetros al día. Quería concienciar sobre la necesidad urgente de cuidar el planeta haciendo uso de medios de transporte sostenibles como la bicicleta. Sencillamente, le ilusionaba hacerlo.

JULIÁN DUEÑAS

Licenciado en Periodismo y Máster en Escritura Creativa por la Universidad Complutense de Madrid, Máster en Dirección de Comunicación y Publicidad por ESIC. Profesional con 30 años de experiencia, los últimos 15 de ellos como director de la revista GEO, puesto que simultaneó durante otros cinco años con la dirección de la revista gastronómica BEEF! La publicación fue galardonada con el Premio Nacional de Gastronomía bajo su dirección. Es miembro de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM).

Deja una respuesta

Your email address will not be published.