Me miras como si fuese a contarte una desgracia, un acontecimiento apocalíptico de los que se leen en la Biblia o anuncia Piqueras en televisión. Y quizá lo sea, pero quizá no. Vete tú a saber con estas cosas. Me he equivocado tantas veces juzgando antes de tiempo que, por prudencia, prefiero darme un puntito en boca. Aunque claro, como estamos solos tú y yo y la mañana es alegre, déjame imaginar.
Futuro imparable
De aquí a año y medio, a lo sumo dos, este enorme cuadrado de tierra paseada que tienes ante ti, con un fondo de montañas sin nieve, sus caminos cuarteados de sol y su salpicón de encinas y espigas crecidas, empezará a desaparecer para siempre.
Por arte de magia y mucho dinero, en su lugar se levantarán al cielo decenas de grúas, verticales y famélicas como cipreses. Ya no se escuchará el trinar del las aves cantoras sino el trajinar de camiones enormes con sus rugidos de león y su polvareda de trashumancia. No veremos extasiados las puestas de sol, ni nos agitaremos con el ir y venir de liebres y conejos. Habremos de conformarnos con el trasiego de hombres vestidos con cascos de guerra y chalecos naranjas que reflejan la luz como espejos.
Te guste o no, amigo mío, a esto lo llaman futuro. Y es imparable.
Kipling, que ha asistido inmutable ante estas mis primeras divagaciones, sube la cabeza y me mira. Después, mira un instante el horizonte y me vuelve a mirar.
Vale, le digo, qué quieres que haga. Solo soy un contador de historias. No juzgo, cuento —le digo—. Y le doy los detalles para que se forme una opinión.
Kipling, que es un perro con criterio, asiente complacido. Como me conoce, se sienta sobre sus patas traseras y espera. Esa actitud suya, de perro resabiado, me molesta profundamente, pero no se lo digo porque es temprano y no ha desayunado.
Empiezo por el principio. Le digo que el pasado 9 de diciembre del año 21 el Pleno del Ayuntamiento aprobaba —con la excepción de Cs que se abstuvo— el Proyecto de Modificación Parcial de “Los Pocillos”. Un nombre pomposo para una realidad irrefutable: la construcción de 2.975 nuevas viviendas.
La aprobación municipal supone la construcción de 2.030 viviendas unifamiliares y 945 multifamiliares, de las cuales 447 serán protegidas.
O dicho de otro modo, 10.000 nuevos vecinos para una población actual de 22.115, según el INE de 2020. Cuando lo oye, Kipling se estremece y agita su pequeña cabeza de lado a lado, como cuando una espiga se le introduce en la oreja y sabe que tendremos que ir a la clínica Vetsos. Lo tranquilizo. Has oído bien, pero míralo de esta forma: es bueno para el negocio. A más vecinos, más lectores. Lo que digo no lo siento, pero así es la vida. Y eso que nunca he sido una persona práctica.
Kipling estornuda. ¡Vaya por Dios!, le digo. Solo es alergia pero parece un reproche. Sigue, me dice sin gruñir. Y yo sigo. Le digo que a qué tanta sorpresa. La urbanización de estas 148 hectáreas de terreno por la que pasean a diario los perros y amos del municipio es una iniciativa largamente esperada y alentada por el Ayuntamiento.
Una iniciativa largamente esperada
De hecho, el acuerdo del Plan Parcial del Sector 1 Los Pocillos ya aparecía recogido en el Plan General de Ordenación Urbana, aprobado el 15 de enero de 1999. Pero escucha que el asunto tiene su miga. Como no puede erizar las orejas porque son largas y peludas, Kipling arquea las cejas. Sus ojos de rana amazónica me miran ansiosos de saber. Le encantan las historias truculentas. Y yo que lo sé me vengo arriba. Hago una pausa, tomo aire y digo: sea. Y es.