Villanueva de la Cañada, un pueblo devastado… y reconstruido

En octubre de 1939, al poco de acabar la Guerra Civil, la destrucción del casco urbano de Villanueva de la Cañada superaba el 75 %. Entre 1941 y 1946, el Servicio de Regiones Devastadas proyectó su reconstrucción. Se trataba de construir un pueblo modélico que respondiese a los ideales del nuevo Estado. Una historia con final feliz.

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Crónica de una reconstrucción

Sé que el ladillo no es original (es más, utilicé un titular similar en el paseo anterior), pero como Kipling y yo somos fanáticos de García Márquez, pues qué carajo, me doy el gusto.

Hecho el inciso, le cuento que en vez de construir sobre las ruinas del antiguo pueblo, se diseña uno nuevo, justo enfrente del original, en ese lugar donde antes solo había lagunas y tierras de labor. Las razones fueron múltiples —le digo—, pero la más poderosa  parece que fue el elevado coste del desescombro. La pela, amigo mío, la pela. Antes y ahora.

Sea como fuere, lo cierto es que la primera propuesta —porque hubo dos, le aclaro— sitúa el nuevo núcleo urbano al oeste de lo que hoy es la calle Real y antes era la carretera que unía Brunete con Valdemorillo. La propuesta la firmaban los arquitectos Castañón de Mena y Fugairiño Nebot, y su planificación era más ambiciosa de lo que finalmente sería. Consistía en 15 manzanas, con 162 viviendas organizadas en torno a dos plazas donde se levantaban los edificios más importantes: la iglesia, el ayuntamiento, la escuela y el casino.

También estaba proyectado construir un matadero, un lavadero, un cuartel de la Guardia Civil y un campo de deportes, pero finalmente no se hicieron.

Para que tanta información no se le haga bola, se lo resumo: la estructura era igual para todos los pueblos reconstruidos y obedecía a una concepción muy simple: el eje horizontal, o procesional, unía las construcciones religiosas (en nuestro caso, la iglesia y la ermita), mientras que el eje vertical aglutinaba toda la arquitectura civil.

Entre 1941 y 1946, los arquitectos desarrollan los proyectos, y ya en 1942 declaraban haber construido una manzana de viviendas completa (12 viviendas de nueva planta), 32 viviendas habilitadas, la iglesia y la panera sindical.

Cambio de planes

Como veo que incluso resumiéndoselo se me distrae, utilizo el siempre efectivo recurso del misterio. Es mencionar la palabra mágica y Kipling arquea las cejas (recuerda que a pesar de los 13 músculos distintos que forman sus orejas, no puede subirlas).

Le digo que una vez construidas las dos primeras manzanas de viviendas, alguien decidió cambiar la ubicación de la plaza mayor y que el motivo real de tal decisión se desconoce. El plano donde aparece por primera vez el nuevo diseño tiene la firma de un arquitecto distinto, Manuel Moreno Lacasa, y corresponde a 1952. Kipling menea la cola frenéticamente, y yo le digo que no sé más, pero que si hacemos caso a lo que cuenta Cayetana De la Quadra-Salcedo —recuérdame, le digo, preguntar a Jesús Gonzalez Green si es familia del llorado Miguel— la más plausible sería, una vez más, la pela. Y más concretamente, la falta de ella para la expropiación de terrenos.

Con la nueva ubicación se mataba dos pájaros de un tiro: de un lado, acababan con una laguna que originaba fiebres palúdicas entre los vecinos; y de otro, evitaban tener que expropiar terrenos de labor.

Pero este cambio obligaba a replantearse los proyectos iniciales de Castañón y Fungairiño, lo que a su vez suponía introducir nuevos cambios en todo el planteamiento inicial. Muchos no se llevaron a cabo, lo que a la postre supuso una merma en el tamaño y el equipamiento del pueblo. Así, de las originales 21 manzanas de viviendas solo se edificarían dos con 12 viviendas cada una.

El conjunto de viviendas se amplió finalmente con otras 20 viviendas de “renta reducida” y otras cinco viviendas de bracero, al sur de las dos manzanas de viviendas iniciales, lo que sumaban un total de 49 viviendas. A finales de 1953 estaban terminadas por completo la iglesia con su claustro principal, la casa parroquial, el Ayuntamiento y las Escuelas.

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