Jesús González Green, el último gran reportero de guerra español

La blancura de la ballena

Para entrar en la TVE de los años 60 se necesitaban contactos y Jesús González Green los tenía. Un primo de su padre era subsecretario con Franco y muy amigo del entonces ministro de Información y Turismo Pío Cabanillas.

—En aquellos días no había otra forma de entrar en TVE que el enchufe.

—¿Pero qué buscabas allí?

—No lo sabía. Yo no iba con la idea de contar noticias. Lo que me atraía era la posibilidad de ir a sitios. Acaba de salir un programa que se llamaba “A toda plana”, donde estaba Miguel de la Quadra, que también era perito. Y yo lo veía montado sobre un elefante en la India y aquello, bueno, bueno…

El enchufe, sin embargo, no garantizaba nada. Ofrecía tan solo la oportunidad de probar. Cabanillas lo mandó directamente al director de TVE, y este a su vez le pidió un reportaje, suponiendo que conocía el medio. Era 1969.

—Tú no tenías ni idea de periodismo y menos de televisión.

—Nada. Había escrito algunos artículos en el ABC de Sevilla. Uno sobre la mina de Riotinto y alguna otra cosa de los Juegos Olímpicos. Me sirvieron para irme soltando. Pero supe por instinto que para hacer las cosas bien había que ir a los sitios. Me tocó cubrir el rescate de Arrabal y Lastra. ¿Te suena? Eran dos montañeros que quedaron atrapados en el Naranjo de Bulnes. Como entonces solo había una televisión en blanco y negro, llamó mucho la atención.

—¿Esa fue tu primera noticia?

—Sí. Bueno, antes estuve haciendo los cierres del Telediario. Aquello me permitió conocer gente y hacer amigos, entre ellos el cantante Miguel Ríos. Pero como noticia fuera, la de Asturias.

Allí no tardó en hacerse un hueco. Cuando surgían temas arriesgados siempre preguntaban: ¿quién sabe bucear? Y alguien contestaba: El Green. ¿Quién sabe volar? El Green.

El destino —o la suerte, como él se empeña en decir— hizo que su siguiente reportaje fuese otra gran aventura. Esta vez en el mar. Se trató del descubrimiento del HMS Ark Royal, un portaaviones británico hundido frente a las costas de Gibraltar durante la Segunda Guerra Mundial. El Green, que había hecho un curso de buceo con la Guardia Civil de Sevilla, acompañó a los buzos de la Armada desplazados desde Cartagena.

—Manolo Martín Ferrand, que era un cachondo, anunció aquello como un gran acontecimiento. Abrió el programa con el titular “TVE ha encontrado el Ark Royal” y puso un farol del barco sobre la mesa. Montó un buen follón… Luego resultó que no era el portaaviones.

Aquellos reportajes, sin embargo, terminaron por saberle a poco. Jesús tenía la vista puesta en la puerta de al lado, donde se hacía el programa de Miguel de la Quadra Salcedo, a quien entonces no conocía.

—Lo conocía mi hermana de Colombia, donde vivió varios años. Nos hicimos amigos enseguida. Quiso llevarme con él. Miguel era un tipo muy generoso, te echaba una mano siempre que la necesitabas.

Los viajes exóticos no tardaron en ceder el paso a otros lugares menos deseables: los escenarios de guerra.